
Anoche, un taxista que me traía a casa me contó una historia que le hubiera encantado oir a Raúl Portal quien, en "El Portal de las Mascotas", siempre alababa a los tacheros que son buena gente...
Un día subió un pasajero (no recordaba si había sido hombre o mujer pero para el caso no importa) a su taxi, con un perro más o menos grande, de tipo ovejero, y le pidió que lo llevara hasta la costanera (en Capital Federal). Así lo hizo y, llegados a un cierto punto, el pasajero le pidió que se detenga, bajó al perro a la vereda y le dijo "Nosotros seguimos". El taxista, anonadado, le preguntó: "¿pero cómo? ¿y el perro?", y veia cómo el perro se había quedado mirando allí donde lo habían dejado. "No, pero yo no puedo tenerlo, pero....bla, bla, bla...". "¡No, no, no, un momento!. Yo no sigo, no voy a dejar al pobre animal allí. Págueme el viaje, bájese y yo me llevo al perro". Y así lo hizo.
El perro fue llevado a una familia...y el pasajero, que fue quien finalmente se quedó mirando, allí en la costanera, ¿habrá sentido algo en su duro corazón? ojalá que sí, ojalá que haya aprendido la lección.
Taxistas como éstos debe haber muchos. A todos ellos sólo les cabe una palabra: ¡GRACIAS!
1 comentario:
Mwuahahahaha
bien x el taxista
Hace algunos años llego a mi casa un collie, no se que tan puro la verdad pero collie al fin, solo que estaba cieguito...sobra decir que en mi casa los perros son amados y este no fue la excepciòn, dandonos alegrias inmensas.
Xq la gente es asì?
preguntando un poco puedes encontrar alguien que cuide a quien te cuidaria siempre si lo dejaras.
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