Mi Mundo Agility!

Este blog está dedicado a mi actividad favorita: este deporte que descubrí hace unos años de la mano (de la pata, bah!...), primero, de mi cocker Sabrina , cuando estaba por cumplir los 2 añitos, y que ganó inmediatamente un lugar importante en mi vida...En el 2010, Sabrina a sus 5 años y por primera vez en su vida (¡¡y en la mía también!!) cruzó la cordillera para participar - por segunda vez y ya en grado 2- del Sudamericano de Agility, esta vez con mejor suerte que en la primera (Buenos Aires, 2008, en mi caso personal, para olvidar, por exclusiva culpa de la torpe de la guía!!). Y también hoy intento hacer que su hermana adoptiva Manchita, un año menor, haga una pista de agility con su propia guía de la misma manera y con el mismo entusiasmo que lo hace con cualquier otro guía y con sus instructores!... GRRRRR... ¡un líder por acá por favorrrr!!

NUESTRA ESCUELA DE AGILITY:

"LA JAURÍA"


http://www.lajauria-agility.com.ar/

Foto tomada por Thaiana, de La Jauria y subida a facebook
SABRINA: cocker spaniel inglés.
MANCHITA: mestiza con algún Border Collie, muuuy dormido en algún lugar de su árbol genealógico.

Sabrina y Manchita, post entrenamiento en La Jauría

Sabrina y Manchita, post entrenamiento en La Jauría
Sabrina y Manchita, post entrenamiento en La Jauría
La escuela de nuestros comienzos: (2005 - 2011)

"Pucará Training Group"

www.agilitypucara.com.ar

sábado, 31 de mayo de 2008


Anoche, un taxista que me traía a casa me contó una historia que le hubiera encantado oir a Raúl Portal quien, en "El Portal de las Mascotas", siempre alababa a los tacheros que son buena gente...
Un día subió un pasajero (no recordaba si había sido hombre o mujer pero para el caso no importa) a su taxi, con un perro más o menos grande, de tipo ovejero, y le pidió que lo llevara hasta la costanera (en Capital Federal). Así lo hizo y, llegados a un cierto punto, el pasajero le pidió que se detenga, bajó al perro a la vereda y le dijo "Nosotros seguimos". El taxista, anonadado, le preguntó: "¿pero cómo? ¿y el perro?", y veia cómo el perro se había quedado mirando allí donde lo habían dejado. "No, pero yo no puedo tenerlo, pero....bla, bla, bla...". "¡No, no, no, un momento!. Yo no sigo, no voy a dejar al pobre animal allí. Págueme el viaje, bájese y yo me llevo al perro". Y así lo hizo.
El perro fue llevado a una familia...y el pasajero, que fue quien finalmente se quedó mirando, allí en la costanera, ¿habrá sentido algo en su duro corazón? ojalá que sí, ojalá que haya aprendido la lección.
Taxistas como éstos debe haber muchos. A todos ellos sólo les cabe una palabra: ¡GRACIAS!
"CUANDO UN HOMBRE SE APIADE DE TODAS LAS CRIATURAS VIVIENTES, SOLO ENTONCES SERÁ NOBLE"

BUDA